Se aproxima la recolección de la aceituna, una de las principales tareas agrícolas de nuestro pueblo. Este noble y preciado fruto (por su calidad), que en su día sustituyera al viñedo que se extendía por todo lo largo y ancho del término, madura ya en los olivares de Burguillos, a la espera de ser recogido. El espeso ramaje de los olivos se deja vencer por el peso de las aceitunas, las cuales han adquirido ya un color rojizo, y algunas empiezan a ablandarse tras las últimas lluvias.
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