martes, 9 de julio de 2013

En una trinchera





El fusil Mosin-Nagant, de fabricación soviética, fue el más utilizado por la infantería republicana durante la guerra civil española, por lo que no es difícil encontrar las vainas de su munición 7,62 x 54-R, esparcidas en torno a los restos de trincheras que aún se conservan por el entorno.

Estas vainas llevan impreso en su base (culote), la ciudad y el año de fabricación, identificables a través de unos códigos pre-establecidos. En la de la imagen es el código 50 36, que correspondería a una factoría de la ciudad de Penza, situada en la Rusia central. Su año de fabricación es el de 1936.

Soldados republicanos portando el citado fusil (AR)

domingo, 7 de julio de 2013

Ermita de San Pedro (restos)

El desbroce realizado en la alameda de los prados concejiles, en días pasados, como medida preventiva de cara a un verano con alto riesgo de incendios, ha puesto de manifiesto la ubicación de la antigüa ermita de San Pedro. Al descubierto pueden verse gran cantidad de restos de material constructivo de aquel edificio, tales como trozos de ladrillo, tejas o piedras de sus muros. 


 Este lugar ha sufrido a lo largo del tiempo numerosos episodios destructivos, independientemente de que la ermita se derrumbara por sí sola. Con la posterior construcción de la carretera entre Cobisa y Burguillos, que se encuentra allí cerca, la mayor parte de estos escombros fueron utilizados como firme para la misma. Y ya, hace pocos años, el acerado y ampliación de la calle Arroyo de la Rosa, dieron al traste con lo poco que quedaba del ábside de la ermita, pero que aún permitía apreciar su forma circular y la orientación del edificio.



No estaría de más, que con la futura remodelación del entorno del arroyo de la Rosa, se tuviera en cuenta este enclave, para su mejor protección y conservación, como muestra de un pasado al que no deberíamos volver la espalda, sino tratar de recuperarlo.


Castillos de paja




Otra imagen propia de nuestro verano, son las alpacas de paja apiladas sobre los campos recién cosechados, en los que el predominio del amarillo y los cielos azules, permiten otear un horizonte sobre el que se extiende la canícula veraniega.