sábado, 24 de octubre de 2015

Sacristía (II)



Concluyen los trabajos llevados a cabo en la sacristía. En este mes de octubre se ha continuado con los ya iniciados en esta dependencia a comienzos de este verano, en los cuales se contó con la ayuda de personal del ayuntamiento. En esta ocasión se han costeado íntegramente por la Asociación, recuperándose el resto de paredes que no se concluyeron en la primera fase y se han recompuesto algunas piezas del solado. Aunque éste último se ha mantenido tal cual, al encontrarse en un buen estado, siendo necesario, solamente, su pulido. En el muro de la cabecera de la ermita, se han retirado los cascotes con los que había sido igualado en el pasado, para su posterior enlucido de yeso. De esta manera, se han dejado al descubierto las piedras de la pared original de mampostería que podemos contemplar también en el exterior. A su vez, se han incorporado dos focos de luz fijos, de tecnología Led, para poder utilizar este espacio, que podrá ser visitado el próximo día 1 de noviembre, con motivo de la celebración del dia de Todos los Santos.







viernes, 23 de octubre de 2015

Azulejo Funerario (II)


En esta otra imagen puede comprobarse el grosor de la lápida. Sus proporciones son exactas, como ya indicaba en la anterior entrada, a las de las baldosas de barro del solado de la ermita (25 cm x 25 cm.). Eso me induce a pensar que se realizó con el fin de sustituir a una de ellas y, por tanto, para ser colocada en el suelo de la ermita, señalando lo que sería el enterramiento de esta persona. 

De ser así, el finado habría sido enterrado dentro de la propia ermita. Como señalé también, la generalización en el uso de las lápidas funerarias corresponde a un periodo concreto del siglo XIX, pero precisamente en esa época ya no se enterraba en las iglesias y se hacía necesario utilizar los cementerios que fueron construidos al efecto. Muchos de ellos, al lado de ermitas, como la de Burguillos, alejadao de las poblaciones, por cuestiones sanitarias. En nuestro caso sucedió lo mismo y ya en esa época se enterraba en el lado norte de la ermita, en el espacio que había sido habilitado para cementerio.

Si ciertamente hubieran sido así las cosas, podría concluirse que este enterramiento procedería de una época anterior a la señalada y, por tanto, esta pieza tendría una antigüedad mayor a la que inicialmente le atribuíamos. Si a eso le añadimos que las lápidas funerarias del siglo XIX a las que aludía, son de características físicas distintas a la que nos ocupa -puesto que estaban pensadas para colocarse en muros y paredes, en situación vertical, y no en el suelo como en este caso-, quedaría toda esta hipótesis confirmada.


He aquí una muestra de una de estas otras lápidas que también ha llegado a nuestros días. Es más bien una placa de cerámica, de menos espesor y mayores dimensiones, con la misma finalidad que la de las lápidas. Pero concebida para ser colocada en vertical. En este caso, estaba situada sobre el muro de la ermita, en la parte exterior en la que se encuentra el cementerio antigüo (lado norte) y a una altura inferior a 50-70 cm. del suelo, señalando el lugar donde presumiblemente:fue realizado este enterramiento.

Digno de destacar es el texto de este otro epitafio, muy propio también de la época en que fue redactado (año 1860), con un mensaje destinado también a todo aquel que se prestara a leerlo: "aprendamos, aqui todos, a no fiar en la edad, pues la muerte no respeta juventud, ni ancianidad".


sábado, 17 de octubre de 2015

Romería de La Guía 2016


Terminó la temporada de romerías con la que más nos gusta: la romería de la Virgen de la Guía. Aunque esta vez el tiempo no acompañó, como en otros años anteriores, y a punto estuvo de no celebrarse la procesión con la imagen de la Virgen por los cerros de la ermita. A última hora de lo previsto, los miembros de la hermandad decidieron preparar las andas y sacar a su Virgen, aún a riesgo de la lluvia con la que amenazaba el manto de nubes que cubría los cielos de este recóndito paraje toledano. Y así sucedió, teniendo que regresar en dos ocasiones al pórtico de la entrada para guarecerse.














Azulejo funerario


SOI DE (JU)AN-FERNANDES-MOJON-ERMITAno DE BUESTA SEÑORA DE BU-RGIllOS

"Soy de Juan Fernández Mojón, Ermitaño de Vuestra Señora de Burguillos"

Este azulejo ha aparecido durante las obras de rehabilitación de la sacristía de la ermita de Nuestra Señora de Burguillos. Se trata de una pieza de barro y cerámica, de forma cuadrada, con un importante grosor, similar a las baldosas de la ermita. Una de sus caras aparece vidriada, decorada y con una inscripción. Aún a pesar de encontrarse hecha pedazos, se ha recuperado en su integridad, uniendo los mismos, salvo las roturas que presenta en algunas esquinas. Estos cinco trozos se habían reutilizado para rellenar un hueco de muro e igualarlo, para su posterior revoco de yeso, tras el cual ha permanecido durante años.

Puede apreciarse, claramente, que se trata de un azulejo funerario que cumplía las funciones de las lápidas actuales. Es decir, señalar la sepultura y conservar en el tiempo la memoria del difunto. Lástima que no podamos datarla, porque en la misma no consta ninguna fecha relativa al fallecimiento de aquel. Sin embargo, nos aporta una importante información a cerca del difunto y de la ermita y, por la tipología de la pieza, bien podríamos catalogarla en la época en que se generalizó ese tipo de lápidas. Se trata de un espacio de tiempo comprendido, fundamentalmente, entre mediados del siglo XIX y finales del mismo..

Sin lugar a dudas, el epitafio trata de darnos información del difunto, así como de su principal profesión o función que cumplió en nuestro pueblo, pues se encarga de dejar claro que esta persona, Juan Fernández Mojón, fue ermitaño o santero de la ermita de Nuestra Señora de Burguillos. Pero no sólo eso, sino la importancia que debíó darse en aquel momento a esa función que ejerció, ya fuera porque él mismo pidiera que en su sepultura así se hiciera constar, ya fueran otras terceras personas o familiares los que hubieran tenido ese deseo. Sin duda, un claro reconocimiento público de tal función.

Analizando el lenguaje utilizado, aparte de la mala caligrafía, podría incluso decirse que este señor no era de Burguillos de Toledo. En primer lugar, los epitafios de esta época solían comenzar con un "Aquí yace", y sin embargo, en este caso parece dársele vida al propio azulejo, hablando en primera persona: "Soy de Juan Fernández", Y a continuación parece decirles también a los que la lean, que el tal Juan Fernández era ermitaño de la ermita de "Vuestra Señora de Burguillos", es decir, sin atribuírsela como propia, porque entonces hubiera dicho "Nuestra Señora", como así era común..Por otra parte, parece como si su autor se hubiera quedado sin espacio para la inscripción que se le había solicitado y al final se ve en la necesidad de completar la palabra Burguillos en la parte del dibujo.

Es en esta parte inferior donde aparece decorada con la calavera y las tibias, con las que se simbolizaba a la muerte en esta época. En definitiva, una pieza valiosa, más por lo que nos cuenta, que por su valor intrínseco, pero es tan poco lo que nos ha llegado de la ermita, que siempre causa satisfacción encontrar cosas como ésta.

sábado, 10 de octubre de 2015

Nuestra Virgen del Rosario

Espléndida lució nuestra Virgen del Rosario en las pasadas fiestas patronales celebradas en su honor. Desde aquí va nuestro agradecimiento a la Junta Directiva de la Hermandad por sus continuos desvelos por este cometido y a cuantas otras personas han colaborado con ellas, con el único objetivo de engrandecer estas fiestas e incrementar nuestro fervor por esta Virgen, patrona de Burguillos de Toledo.

A la belleza de su manto, había que sumarle, este año, la nueva iluminación de la carroza de la Virgen, que en esta ocasión ha contado con unos nuevos focos de tecnología led, cuya luz blanca nos ha permitido apreciar un poco mejor la riqueza del manto que porta la Virgen durante sus fiestas.

Y qué decir del rostro de Nuestra Señora y de esa mirada renovada que se ha conseguido con la restauración de las pestañas de sus párpados, que se encontraban muy deterioradas.

A lo largo de la novena, nuestro párroco no se ha cansado de repetir el lema que este año ha elegido para la misma, con el fin de que sigamos mirándola como madre nuestra que es, y que nos fijemos también en esa mirada suya, la de "esos sus ojos misericordiosos" con los que siempre nos mira.

Procesión 2015








domingo, 4 de octubre de 2015

Fiesta de las mujeres 2015


Van del rojo al azul de las respectivas banderas representativas de sus hermandades. Del tiempo veraniego, al otoñal. Del homenaje a un pequeño Cristo, al homenaje a la Virgen. De la bandera y los bastones, a la bandera y las bandas. De la organización de los hombres, a la de las mujeres. Incluso, de un presupuesto más holgado, a otro más modesto; pero, en definitiva, dos fiestas que se viven intensamente por los burguillanos y que tienen su colofón con los actos festivo-religiosos de su respectivo día grande, en los que cobra especial protagonismo la tradición de "bailar de la bandera".







Fiesta de las mujeres 2015


Las fiestas que con carácter anual se celebran en honor a la Virgen del Rosario, patrona de la localidad, son conocidas popularmente con el sobrenombre de "fiestas de las mujeres", puesto que su organización corre a cargo de la Hermandad de la Virgen, compuesta exclusivamente por integrantes femeninas. Fue hace ya muchos años cuándo éstas reclamaron su protagonismo en Burguillos de Toledo, y se hicieron cargo de dicha organización; en otra época en la que la participación de las mujeres era todavía muy exigua en la vida pública, o social .y condicionada por las limitaciones que entonces establecía su condición.


A pesar de todo, las fiestas del Cristo de la Fe y las que se celebran en honor a la Virgen del Rosario, guardan un extraordinario paralelismo; con actos similares, tanto en uno como en otro caso, ya sea en lo que respecta a los actos religiosos, como casi en lo que se refiere a los profanos. Respecto a los primeros, la devoción por el respectivo patrón o patrona, comienza con una solemne novena y tienen su colofón con la festividad propiamente dicha, en la que se sigue un estricto ceremonial: recogida de abanderados (con sus respectivas banderas, bandas o bastones), por parte de los representantes de la hermandad y la correspondiente banda de música; recogida de autoridades; celebración eucarística; baile de la bandera; distribución del refresco, tostones y limonada; subasta de banderas para el año siguiente y, finalmente, procesión de la imagen por las calles del pueblo, al caer la tarde, con un recorrido también muy tradicional e invariable en el tiempo.