LLa familia Tejada no es originaria de nuestro pueblo. Los primeros integrantes de este linaje debieron llegar a Burguillos de Toledo a mediados del siglo XIX, aunque las primeras noticias escritas que tenemos de ellos son de comienzos del s. XX. Estas primeras referencias son a cerca de los hermanos Enrique (n.d.-1905) y Emilio (1855-1932) Hernández de Tejada y Roncero, a los cuales no sabemos si les unía algún otro vínculo con el pueblo o el motivo por el que se fijaron en él. Lo que si es evidente es que comenzaron adquiriendo ciertas propiedades, algunas en subasta, y prestando su dinero a propietarios o agricultores con dificultades, por lo que debía tratarse de una familia bastante adinerada, con residencia habitual en la ciudad de Madrid.
Sus padres eran doña Josefa Roncero Lopez (n.d.-1891) y don Elias Hernández de Tejada (n.d-1875), un comerciante madrileño con establecimiento mercantil en la calle Arenal.
Precisamente, el 26 de marzo de 1864, un grupo de propietarios en diversas provincias, presentaban un manifiesto en las Cortes, solicitando la creación de una guardería rural que diera seguridad a las explotaciones agricolas, entre los que se encontraba éste (Elias Hernández de Tejada) y otros propietarios de Burguillos de Toledo, como D. José Maria Perez Caballero o el marqués de la Torrecilla, propietario de la dehesa de Sielma. A tenor de esto, es probable que en esta fecha ya fuera propietario el Sr. Hernández de Tejada de alguna propiedad en el pueblo y, por tanto, el primer miembro de este linaje en llegar a Burguillos de Toledo.
Volviendo a uno de sus hijos, don Emilio Hernández de Tejada Roncero (el que más presencia tuvo en el pueblo) resulta curioso, sin embargo, que a lo que realmente se dedicara es a su profesión como médico sanitario militar. Aunque tampoco resulte incompatible con la administración de lo que parece era un importante patrimonio familiar o personal, el Sr. Hernández de Tejada ingresó en el cuerpo sanitario del Ejército en el año 1877 y entre 1889 y 1895, al menos, estuvo destinado en el Regimiento de Infantería de León. Desde aquí tuvo que incorporarse en el Ejército colonial español que participaba en la Guerra de Cuba, permaneciendo en la isla caribeña durante varios años. Tras su regreso, fue nombrado Subinspector del Hospital de Pamplona (año 1900), y pasando finalmente a Subinspector de la Plana Mayor en el año 1911, por lo que su vida debió desarrollarse muy lejos de Burguillos de Toledo. Utilizaría esta hacienda, probablemente, como simple residencia de recreo, pero la eligió finalmente como el lugar donde pasar su retiro, hasta su fallecimiento en el año 1932.
Ya en 1912 había fallecido su esposa, Doña Isabel Gómez y Rojas, con la que tuvo varios hijos: María, Elías (como su abuelo), María Susana y Josefina. Con esta generación se truncó la continuidad del apellido Hernández de Tejada por esta rama de la familia, al fallecer sin descendencia el único varón nacido del matrimonio. El señorito Elías, como era conocido en Burguillos de Toledo, y su hermana Susana, se quedarían solteros, aunque para nosotros serían los que más protagonismo tuvieran en el pueblo durante esta época de principios del siglo XX.
En el patio de la hacienda que se conoce como "Casa Tejada", y que está situada en la Plaza Concejo, podemos encontrar el escudo de armas del Señorío de Tejada al que, sin duda, pertenecen los miembros de esta familia. Este privilegio fue otorgado por Ramiro I, rey de Asturias y León en el año 844 a don Sancho de Tejada y a sus trece hijos, sobre ciertos territorios de la Sierra de los Cameros, en La Rioja, de donde procedería este linaje. Es uno de los pocos señoríos que no fueron abolidos tras la promulgación de la Constitución de Cadiz de 1812 y sigue otorgando el privilegio de hidalguía a todos los descendientes de don Sancho, aunque no conserven el apellido Tejada, así como el derecho a usar el citado escudo del so!ar.
Sus padres eran doña Josefa Roncero Lopez (n.d.-1891) y don Elias Hernández de Tejada (n.d-1875), un comerciante madrileño con establecimiento mercantil en la calle Arenal.
Precisamente, el 26 de marzo de 1864, un grupo de propietarios en diversas provincias, presentaban un manifiesto en las Cortes, solicitando la creación de una guardería rural que diera seguridad a las explotaciones agricolas, entre los que se encontraba éste (Elias Hernández de Tejada) y otros propietarios de Burguillos de Toledo, como D. José Maria Perez Caballero o el marqués de la Torrecilla, propietario de la dehesa de Sielma. A tenor de esto, es probable que en esta fecha ya fuera propietario el Sr. Hernández de Tejada de alguna propiedad en el pueblo y, por tanto, el primer miembro de este linaje en llegar a Burguillos de Toledo.
Volviendo a uno de sus hijos, don Emilio Hernández de Tejada Roncero (el que más presencia tuvo en el pueblo) resulta curioso, sin embargo, que a lo que realmente se dedicara es a su profesión como médico sanitario militar. Aunque tampoco resulte incompatible con la administración de lo que parece era un importante patrimonio familiar o personal, el Sr. Hernández de Tejada ingresó en el cuerpo sanitario del Ejército en el año 1877 y entre 1889 y 1895, al menos, estuvo destinado en el Regimiento de Infantería de León. Desde aquí tuvo que incorporarse en el Ejército colonial español que participaba en la Guerra de Cuba, permaneciendo en la isla caribeña durante varios años. Tras su regreso, fue nombrado Subinspector del Hospital de Pamplona (año 1900), y pasando finalmente a Subinspector de la Plana Mayor en el año 1911, por lo que su vida debió desarrollarse muy lejos de Burguillos de Toledo. Utilizaría esta hacienda, probablemente, como simple residencia de recreo, pero la eligió finalmente como el lugar donde pasar su retiro, hasta su fallecimiento en el año 1932.
Ya en 1912 había fallecido su esposa, Doña Isabel Gómez y Rojas, con la que tuvo varios hijos: María, Elías (como su abuelo), María Susana y Josefina. Con esta generación se truncó la continuidad del apellido Hernández de Tejada por esta rama de la familia, al fallecer sin descendencia el único varón nacido del matrimonio. El señorito Elías, como era conocido en Burguillos de Toledo, y su hermana Susana, se quedarían solteros, aunque para nosotros serían los que más protagonismo tuvieran en el pueblo durante esta época de principios del siglo XX.
En el patio de la hacienda que se conoce como "Casa Tejada", y que está situada en la Plaza Concejo, podemos encontrar el escudo de armas del Señorío de Tejada al que, sin duda, pertenecen los miembros de esta familia. Este privilegio fue otorgado por Ramiro I, rey de Asturias y León en el año 844 a don Sancho de Tejada y a sus trece hijos, sobre ciertos territorios de la Sierra de los Cameros, en La Rioja, de donde procedería este linaje. Es uno de los pocos señoríos que no fueron abolidos tras la promulgación de la Constitución de Cadiz de 1812 y sigue otorgando el privilegio de hidalguía a todos los descendientes de don Sancho, aunque no conserven el apellido Tejada, así como el derecho a usar el citado escudo del so!ar.
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