La Atalaya es el nombre que recibe un cerro situado al este de Burguillos de Toledo. Se encuentra a unos dos kilómetros del centro de la población, en dirección a Layos, por el camino de este mismo nombre, justo donde se cruza con el camino molinero que viene de Ajofrín a Cobisa. Hoy en día, este tramo que desde Burguillos se dirige a Cobisa, pasando por este cerro, forma parte de la Ruta del Quijote y se encuentra arbolado en la mayor parte de sus márgenes.
Su apelativo refleja, ya de por sí, la situación privilegiada que ocupa en este terreno más bien llano, "oteando" la mayor parte de la vega del arroyo de la Rosa, que discurre de sur a norte, por su lado oriental, desde los terrenos de la Academia de Infantería hasta la sierra de Nambroca. La elevación se divisa a la perfección desde cualquier punto de la población de Burguillos y de esta amplia zona del arroyo, lo que hace pensar en una situación estratégica natural, que pudo haber sido aprovechada con carácter defensivo, desde bien antigüo, por los habitantes del lugar.
La existencia de una torre vigía en su cima no sería descartable en épocas de la dominación árabe, o incluso ya antes, en época romana. De hecho, estos elementos defensivos y de comunicaciones, se llamaron asimismo atalayas y cumplían una importante función, al ser esta zona lugar de paso de los ejércitos y de continuas algaradas.
Samuel Ruiz Carmona, en su libro Los caminos medievales de la provincia de Toledo, dice que el camino atraviesa por el lugar que ocupaba originariamente una atalaya y asegura haber encontrado vestigios y fragmentos de cerámica medieval en el entorno.
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