Las últimas tormentas y su virulencia han descargado una enorme cantidad de agua en la tarde de hoy, generando grandes balsas de agua en nuestros campos, así como regueras y escorrentías donde hace mucho tiempo que no se veían. Han sido especialmente importantes en algunos puntos, arrastrando no sólo la tierra de los sembrados, sino enormes piedras.
Estos regueros y corrientes espontáneas de agua, que no hacen sino buscar antigüos cauces por donde llegar a otros arroyos, han puesto de relieve algo más importante. Que la ermita de Nuestra Señora de Burguillos se asienta sobre la veta de una gran roca metamórfica (esquisto o gneis, aparentemente), situada muy pocos centímetros por debajo de la capa de tierra que la cubre. Ésta puede ser una de las razones por las que se encontraría localizada en este emplazamiento, además de por su posición prominente sobre la zona que le rodea y su cercanía al cauce del arroyo de la Rosa.
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