sábado, 9 de abril de 2022

A vueltas con el topónimo


Es obvio que hay que seguir recordando a ciertas instituciones provinciales y regionales la debida utilización de nuestro topónimo, o de lo contrario, caeremos en la inevitable comparación con otros casos similares en los que hemos venido insistiendo.

A estas alturas, lo más recomendable sería que el término Burguillos sólo se acuñara coloquial y verbalmente y que cualquier referencia escrita al mismo incluya su auténtica denominación: Burguillos de Toledo.

Mientras tanto, esta chapa seguirá formando parte del mobiliario urbano de nuestro pueblo, en edificio público y lugar visible.

Reino de Toledo


Desde hoy incorporamos entre nuestros signos distintivos el escudo del Reino de Toledo, que se formó institucionalmente tras la toma de la ciudad de Toledo por Alfonso VI. Este hecho suponía conquistar el anterior reino musulmán conocido como Taifa de Toledo y su incorporación a las nuevas posesiones del rey de Castilla y León conllevó que se le diera este título, más propio de los reinos denominados cristianos. Aunque no llegó a ser un reino independiente, sino que pasó a formar parte de la Corona de Castilla.


A partir del siglo XV se conocería como Castilla la Nueva, para diferenciarlo de Castilla la Vieja, pero sin forma jurídica propia, al seguir dependientes los dos territorios de la Corona de Castilla.

En el ámbito provincial, la Diputación de Toledo también incorporó este símbolo en su propio escudo cuando allá por el año 2013 decidió sustituir el anterior que utilizaba, muy similar al de la ciudad de Toledo y con la única diferencia de los dos reyes de armas, que eran sustituidos en el de Diputación por las dos columnas de Hércules y la leyenda Plus Ultra.