Como hemos podido ir deduciendo, el patrimonio de los dominicos es el que centraba la atención de las primeras subastas, al cual se fueron sumando los bienes del resto de cenobios toledanos. Si "la Capitana" fue la primera finca del convento tasada en nuestro pueblo y la número sesenta de la provincia, no es menos cierto que otras fincas más importantes ya habían sido objeto de ello anteriormente.
Es el caso de algunas conocidas dehesas propiedad del convento de San Pedro Mártir, como la dehesa de Alimán, en término de Ajofrín, que hacía el número 41 y cuya tasación ya se solicitó incluso en julio de 1836.
La misma suerte habían ido corriendo el resto de bienes muebles de todos y cada uno de los conventos suprimidos en Toledo, subastados en diferentes almonedas públicas (abril y julio de 1836 o junio de 1837, como podemos ver por estos anuncios insertados también en los boletines de aquellas fechas). Desde los muebles y enseres hasta los denominados semovientes o animales de carga, lo cual no deja de resultar sumamente curioso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario