La llegada de más lluvias otoñales, tan ansiadas y beneficiosas para nuestros campos y más en este momento en que la aceituna sigue "engordando" en los árboles, se torna de nuevo en un evento desmesurado y fuera de sí. Aunque no ha sido tan catastrófico como las anteriores DANAS, los campos se han llenado de inmensas balsas de agua y el estanque de los patos sigue acumulando un aluvión de depósitos en el arroyo.
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