Parece que unos cuantos desaprensivos de corta edad que recorren el pueblo -no han nacido en Burguillos, pero sí han sido acogidos cálidamente por el resto de burguillanos-, han decidido emprenderla con aquellos elementos urbanos, más antigüos o más modernos, que al amparo de la noche y de encontrarse situados a las afueras del pueblo, no pueden ser defendidos por aquellos otros vecinos que han permitido que llegaran en "buen estado de salud" a nuestros días.
Parece, por tanto, que al boom del ladrillo hay que añadirle ahora las secuelas de estos magníficos convecinos que nos ha dejado.
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