La publicación de una foto de finales de los años setenta, en las páginas centrales del programa de fiestas de 2013, ha sido todo un acontecimiento para aquellos que se han visto retratados en la misma; así como para sus familiares y conocidos, deseosos de reconocerles entre tanta chiquillería, que hoy se encuentra entre los 45 y los 48 años de edad, más o menos, de ahí que los cambios que han experimentado sean más que evidentes. Sin embargo, muchos encuentran en sus hijos, un parecido asombroso con lo que fueron ellos en aquellas edades, por lo que ha suscitado mucho interés entre todo el mundo.
Entre ese magnífico legado que nos dejó Don Jesús López Rey, cura de Burguillos y autor de aquella fotografía, hemos encontrado otras dos fotos que reflejan claramente lo que fue su preparación (el antes y el después...), con aquel nutrido grupo de chiquillos del pueblo dirigiéndose hacia la cruz para colocarse en lugar apropiado.
Sin embargo, no todos debieron escoger bien el lugar donde situarse, pues al final, entre estas dos nuevas fotos, encontramos a algunos que no habíamos descubierto en la foto principal, como pueden ser Anselmete o Pedro, "el de la Prese", que aparecen tapados en la foto final.
Para los que no han nacido en Burguillos de Toledo, y no han vivido esta época en el pueblo, puede ser que ésto no represente nada más allá de una foto de chiquillos, por lo que convendría explicar la historia que rodea a la misma:
En los años setenta se desarrolló a nivel general el "movimiento junior", un programa de educación católica destinada a los más jóvenes, que también se implantó en esta localidad, a través del cura párroco, Don Jesús López Rey, muy querido en Burguillos por su carisma, su forma de entender el sacerdocio y por la gran cantidad de cosas (de toda índole) que hizo por el pueblo y que aún perduran entre nosotros. Fruto de aquel movimiento surgírían los encuentros entre todos los chicos del pueblo, y las excursiones, como ésta de la foto en cuestión.
Aquel día, varias generaciones de niños se dieron cita en la plaza, con sus bolsos y sus mochilas, para celebrar una excursión a la "casita de papel", un paraje situado a la salida de Cobisa, por el antigüo camino que conducía a Argés, posteriormente convertido en carretera local que une ambas poblaciones. Aquí tenéis la foto de la merienda en aquel altozano, denominado así, en alusión a una casa que había situada en lo más alto del cerro, cuyas ruinas aún se conservan:
No hay comentarios:
Publicar un comentario