Luis
Tristán (1585-1624)
Entre las muchas obras de
arte, hoy tristemente desaparecidas, que
adornaron nuestra parroquia, se encontraba un cuadro del genial pintor toledano
Luis Tristán. Las únicas reseñas que se conocían hasta la fecha provienen del Catálogo Monumental de la Provincia de
Toledo, elaborado por D. Jerónimo López de Ayala –conde de Cedillo- a
principios del siglo XX, y de un artículo publicado en el año 1925 por D. Adolfo Aragonés, biógrafo
del pintor y académico de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias
Históricas de Toledo. Ambos ensalzaban la calidad de la obra, muy valorada por
los expertos.
Se trata de un lienzo (1,27
x 1,07 m.) que representaba a San Francisco de Asís en meditación, vestido con
el hábito franciscano, símbolo de penitencia, y el corte de pelo en forma de
círculo rasurado, propio de la tonsura. Sentado en el suelo de una cueva, algo
encogido, de frente, y mostrando los pies estigmatizados por debajo del hábito,
el santo sostenía, entre sus manos, una calavera y un crucifijo, mirando a éste
último con sublime reverencia, al tiempo que apoyaba su codo derecho sobre dos
grandes volúmenes (la calavera es un atributo propio de San Francisco,
representación de la aceptación de la muerte y el rechazo de la vida de placer).
Patrón de los animales y de
los comerciantes de telas, sastres y tejedores, nos consta cierta devoción por
este santo en Burguillos. Se sabe de la existencia de una hermandad que se cita
ya desde el año 1703 hasta, al
menos, mediados del siglo XVIII, aunque de menor entidad que otras cofradías
que lograron perdurar en el tiempo. Además, había otra pintura de San Francisco
en la ermita de Nuestra Señora de Burguillos, obra de El Greco, del que fuera
discípulo Tristán.
Una réplica idéntica a la
de la parroquia, pero de peor calidad al original, puede encontrarse en la
iglesia toledana de Santa Leocadia, aunque su estado de conservación no es muy
bueno. Esta otra pintura, había sido citada en 1973 por dos grandes estudiosos
del pintor, Diego Angulo Iñiguez y Alfonso E. Pérez Sánchez, atribuyéndola a
otro autor, probablemente de la escuela de Tristán, pero sin relacionarla
directamente con la de Burguillos. En un segundo estudio, Alfonso E. Pérez y
Benito Navarrete, sí relacionarían ambas pinturas con otra existente en el
convento de Serradilla, en Cáceres. En esta última, y a diferencia de las
anteriores, el pintor omitió colocar los libros sobre los que se apoya San
Francisco y el escabel sobre el que parece apoyar los pies en el de Santa
Leocadia, así como alguna otra diferencia en un pico del hábito. Sin embargo, ésta
también parece atribuirse con cierta seguridad a Tristán, como ocurre con la de
Burguillos.
(Artículo publicado en el Programa de Actos Religiosos del Cristo de la Fe 2013)
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