Al hilo de la anterior entrada, en la que hacíamos alusión a la fiesta toledana del Corpus Christi y la inevitable relación que siempre han tenido los habitantes de Burguillos de Toledo con esta celebración -ya fuera por la cercanía entre ambas poblaciones, ya porque nuestro pueblo no era sino un arrabal dependiente de la jurisdicción de la ciudad-, se me vino a la mente este peculiar documento del ayuntamiento toledano, fechado, nada más y nada menos, que en el año de 1789. En él se hace referencia a otro tema que tengo interés en desarrollar con más profundidad en futuras entradas: el de la celebración de las corridas de toros en nuestro pueblo. Sin embargo, el incorporarlo aquí, en este momento, relacionándolo con la fiesta del Corpus Christi, es por otro -cuando menos- pintoresco aspecto, que también se pone de manifiesto en el documento.
Sin lugar a dudas, no deja de ser una curiosidad el particular uso que se dio, en esta ocasión, a uno de esos nobles toldos que año tras año se utilizan en la carrera procesional del Corpus Christi. Por lo que se desprende del documento, el Corregidor de la ciudad de Toledo debió autorizar, el año inmediato anterior a la fecha del escrito, que uno de esos toldos se enviara a Burguillos de Toledo, para que fuera utilizado en los festejos taurinos que habían de tener lugar en nuestro pueblo y, por consiguiente, en la plaza de toros construida al efecto. Su función, posiblemente, sería la de cubrir aquellos balcones destinados a ser ocupados por las autoridades y otras personalidades que tuvieran previsto acudir a presenciar estas corridas, para un mejor acomodo y para que su sombra les sirviera de protección de los rayos solares, mientras se deleitaban con estos festejos.
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