La iglesia de la Trinidad es un edificio de grandes proporciones, mandado construir a principios del siglo XVII, por un religioso de la Orden Trinitaria, y concluido de edificar en el año 1628. Es, probablemente, la mayor de las iglesias toledanas, después, por supuesto, de la Catedral. Su forma es de cruz latina y tiene tres espaciosas naves, siendo la del centro la más grande y prominente; además de espectacular por su sencillez. Está formada por grandes pilastras dóricas que suben hasta la cornisa y, entre ellas, arcos de medio punto en los huecos de las capillas que forman las naves laterales, con un coro alto a los pies, como puede verse en la siguiente imagen, tomada durante la ocupación de las milicias republicanas (Guerra Civil).
En su interior destacaba un impresionante altar mayor, con la representación de la Santísima Trinidad. Una representación típica europea, con las tres personas del misterio de la Trinidad: Jesucristo, el Hijo (con la cruz que representa su pasión, muerte y resurrección), sentado a la derecha del Padre (con el globo de la Creacción, que simboliza el universo) y, sobre ellos, la imagen del Espíritu Santo, iconografiada con una paloma
El retablo, de madera, se hizo en 1789 y ocupaba todo el frontis del testero, imitando mármoles y bronces. En él, apoyadas sobre un zócalo bastante alto, destacaban cuatro enormes columnas, a los lados, que sostenían el cornisamiento, sobre el que se situaba un frontón, en cuyo centro (aunque no puede observarse en la fotografía) se situaba un medallón en el que se representaba la iconografía de la redención de cautivos. El retablo no se conserva en la actualidad.
Se evidencia así, que la iglesia seguía conservando sus orígenes, ligados al convento de la orden trinitaria, y no a la parroquia de San Marcos que se acogió en la misma, y de la cual adoptó el apelativo por el cual aún se la sigue conociendo.
Aunque tampoco se ve en esta imagen, existía también, entre otras, una capilla lateral al presbiterio, con entrada desde el crucero, en el lado de la Epístola que vemos al fondo de la foto. Forma parte de la ejecución más tardía de esta iglesia. La proliferación en toda ella de la decoración vegetal señala ya el siglo XVIII. Era ésta la denominada capilla de la Virgen del Ave María. En su momento, parece ser que su acceso contaba con una reja de hierro forjado, fechada en 1715. La construcción de esta capilla se inició en 1705, mediante un donativo anónimo, para que allí fuese venerada, de manera separada, una bellísima imagen de la Virgen con el título de Nuestra Señora del Ave María, cuya Congregación se había fundado en el convento ciertos años antes. Esta imagen debió desaparecer durante la guerra civil.
Se evidencia así, que la iglesia seguía conservando sus orígenes, ligados al convento de la orden trinitaria, y no a la parroquia de San Marcos que se acogió en la misma, y de la cual adoptó el apelativo por el cual aún se la sigue conociendo.
Aunque tampoco se ve en esta imagen, existía también, entre otras, una capilla lateral al presbiterio, con entrada desde el crucero, en el lado de la Epístola que vemos al fondo de la foto. Forma parte de la ejecución más tardía de esta iglesia. La proliferación en toda ella de la decoración vegetal señala ya el siglo XVIII. Era ésta la denominada capilla de la Virgen del Ave María. En su momento, parece ser que su acceso contaba con una reja de hierro forjado, fechada en 1715. La construcción de esta capilla se inició en 1705, mediante un donativo anónimo, para que allí fuese venerada, de manera separada, una bellísima imagen de la Virgen con el título de Nuestra Señora del Ave María, cuya Congregación se había fundado en el convento ciertos años antes. Esta imagen debió desaparecer durante la guerra civil.
Medalla de colección privada
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