Primer Centro Cultural (Años 50)

El Ayuntamiento de la localidad continúa remodelando las instalaciones que albergan la biblioteca, el centro de mayores y la sala polivalente denominada El Plantel.  Para algunos este centro cultural no solamente es obsoleto, sino pequeño e inapropiado para un pueblo de ya más de tres mil habitantes. En los últimos años todas las corporaciones municipales se han empeñando en reacondicionarlo, en lugar de construir uno nuevo, quizá por lo que representa para el pueblo, que es de lo que precisamente quería hablar en esta nueva serie de artículos.

Este edificio singular ha venido dando cobijo a la mayor parte de las actividades culturales del pueblo desde hace, al menos, sesenta años, aunque su existencia data de varios siglos atrás, durante los cuales cumplía con otra función a beneficio del municipio  (la de pósito municipal). Como centro cultural ha recibido varias denominaciones, desde Centro Católico Cultural y Recreativo de Burguillos, que fue su primer nombre, a Las Paneras  y El Plantel, con el que actualmente todavía se le conoce.

He estado buscando información sobre los orígenes de ese primer centro católico-cultural sin más resultado que el rótulo sobre la antigua puerta principal de este edificio que nos muestra está fotografía de los años cincuenta del siglo pasado. ¿Cuál puede ser, por tanto, el motivo por el que surge este centro? Si nos fijamos en instituciones similares de la época podemos encontrar una primera aproximación.

Se trata de los círculos católicos, instituciones de acción social católica dirigida a los obreros católicos. Sus principales actividades eran educativas y culturales y proporcionaban a sus socios esparcimiento cultural, moral e intelectual, además de formación en diversos oficios e impartirse en ellos otro tipo de  clases y conferencias con los que también se difundían las ideas católicas. En algunos casos eran sindicatos de obreros que estaban en contra del socialismo y el ateísmo. Más bien surgieron en contraposición a ellos.

Toledo contaba con el "Círculo Católico y Sindicato de Obreros Católicos de San Jose" desde principios de siglo XX , el cual tenía un local en la plaza de Capuchinas (1908) donde daban conferencias, y otro en el que se impartían cursos de capacitación para diversos oficios. Sin embargo, en la provincia estas asociaciones debieron llegar más tarde, sobre todo por el perfil ideológico de los obreros agrícolas, 

Se antoja difícil, por tanto, creer en la existencia de este movimiento en Burguillos, si tenemos en cuenta que el asociacionismo obrero en nuestro pueblo, del que nos ha llegado constancia a nuestros días, denota ser mayoritariamente de izquierdas.

Posteriormente, y ya en época franquista, la educación y la cultura giraron en torno a un adoctrinamiento  ideológico de base católica, por lo que surgieron nuevos centros culturales durante la posguerra que, aún a pesar de obedecer a una iniciativa de carácter gubernamental, recibieron el apelativo de católicos, cuando podían haber adoptado el nombre de centros nacionales, como las escuelas. Esta denominación expresa ya dejaba claro qué tipo de actos tenían cabida y cuáles no, así como el papel intervencionista de la Iglesia en los mismos. No puede entenderse en este caso, por tanto, sino como otro local público, de carácter municipal, al servicio de la colectividad; como luego serían los tele-clubes (años 60/70), hogares del pensionista, centros sociales, etc. que se fueron implantando en la mayoría de las poblaciones rurales.

Esta última iniciativa es la que cobra más fuerza, obviamente, como origen del Centro Católico Cultural y Recreativo de Burguillos que reza en el rótulo de la fotografía y del cual no me consta de ningún documento que pudiera corroborarlo. En cualquier caso, estamos ante lo que sería el primer centro de estas características en Burguillos de Toledo, el cual, con el paso del tiempo, sufriría otras transformaciones de las que trataré más adelante, pero que no han desvirtuado la esencia cultural para la que fue creado.