sábado, 25 de mayo de 2019

Con motivo de la pasada romería de Nuestra Señora de Burguillos tuvimos la ocasión de compartir con los asistentes un nuevo relato. En esta ocasión me pidieron que hablara de las apariciones de las que fue protagonista Fausto del Castillo (un muchacho de nuestro pueblo) allá por el mes de abril del año 1935.

El suceso ocurrió no muy lejos de la ermita, en la conocida en aquellos tiempos como Fuente de Torremocha y, más recientemente, como Fuente del Carrizal. Está fuente hoy en día ha desaparecido tras la urbanización y construcción de viviendas en esta zona. Hasta hace pocos años en este lugar había una alameda. A la sombra de la misma, una pequeña piedra junto a la cual manaba agua. En épocas de lluvia abundante el agua corría tierras abajo en dirección a Torremocha.

En aquel lugar se apareció al muchacho un personaje ataviado como un fraile un total de cuatro veces. Fausto acompañaba a un grupo de hombres que estaban excavando un pozo en una finca cercana, propiedad de su padre y acudía frecuentemente al pozo para reponer el agua de un botijo con el que los trabajadores calmaban la sed que les provocaba tan duro trabajo.

El hecho causó un enorme revuelo en el pueblo y de él se hizo eco un importante diario de la época (La Estampa), pero parece que todo esto desbordó sobremanera a Fausto, el cual, finalmente, se volvió muy reservado y decidió dejar de hablar de estas apariciones, por lo que no sabemos si las mismas se prolongaron o cual fue el desenlace final de esta historia.

Aquella figura que él asociaba con una aparición se interesó en cada uno de sus encuentros por el agua que había de dar aquel pozo que se estaba excavando. Y además debió enojarse cuando Fausto se hizo acompañar por su hermano menor y un amigo de ambos. Sólo permitía que él fuera testigo de estos hechos. Fausto decidió preguntarle en un momento dado qué quería aquel personaje de él, pero hasta donde sabemos no encontró respuesta porque decidió no contar nada más de aquello.

¿Sería Fausto testigo de alguna revelación en estas apariciones? ¿Acaso hay algo que pretendiera de él aquel aparente peregrino que Fausto finalmente evitó contar para dejar de sentirse centro de las burlas de los que no le creían?. ¿Qué tenía aquel pozo de importante? ¿Había alguna relación entre el mismo y aquella aparición?

En cualquier caso, al año siguiente estalló la guerra. Fueron muchos los tristes acontecimientos que se vivieron por estos contornos. La iglesia y la ermita de Burguillos fueron destruídas. Todas sus imágenes desaparecieron, se quemaron o se destrozaron. Incluso alguno de los trabajadores del pozo fueron encarcelados al acabar la guerra y posteriormente fusilados...

Sea como fuere, Fausto se marchó con su secreto de este mundo y ni siquiera a sus más allegados, como su esposa y sus hijos, volvió a detallar nada de este asunto, lo cual le infiere un mayor halo de misterio sin descifrar.

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