Este anuncio de finales de 1987, se repitió en varios números de un folletín, que se distribuía gratuitamente con información local de Toledo por aquel entonces y que recibía la denominación de Zocociover. Se refería, en concreto, a la primera promoción de viviendas desarrollada en Burguillos de Toledo para su venta. La promotora fue una sociedad privada constituida para este fin por un conocido empresario toledano que decidió diversificar sus actividades con esta inversión que había hecho en nuestro pueblo, adquiriendo un suelo que fue recalificado para su urbanización y edificación.
Hasta entonces Burguillos había visto cómo en esta zona del pueblo se habían ido construyendo viviendas unifamiliares aisladas de manera poco ordenada, de una sola planta, denominadas como "los chalets". Edificadas en amplias parcelas destinadas a jardín o zona de esparcimiento y, generalmente, con piscinas de generosas dimensiones. Sus propietarios, una clase media-alta procedente de la ciudad de Toledo que podía permitirse aquellas inversiones, para uso como segunda vivienda o el denominado"veraneo".
En esta ocasión, lo que se edificaría para su venta serían viviendas unifamiliares adosadas de protección oficial (en dos alturas) hasta un total de dieciséis, alineadas sobre la margen izquierda de una calle de nuevo trazado. Llegaban así a Burguillos las primeras iniciativas inmobiliarias de cierta envergadura, a semejanza de lo que ya había empezado a ocurrir en poblaciones cercanas como Argés, Olías del Rey o urbanizaciones cercanas a Cobisa (El Olivar) o Nambroca (Las Nieves), destinadas a una demanda de vivienda centrada principalmente en la ciudad, más que en las propias necesidades habitacionales de estos pueblos o la tipología de vivienda que venían demandando sus habitantes hasta ese momento.
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