Este es uno de los principales parajes de nuestro municipio, una finca de propiedad privada, asentada sobre la, desde bien antigüo, denominada "Dehesa de Sielma", a la que daba nombre una pequeña alquería, como el caserío que existe en la actualidad, pero, si cabe, aún más antigüo. No se sabe, sin embargo, el por qué del nuevo apelativo de Casa (de) Meca, que empieza a acuñarse desde el siglo XVIII, cuando aún el conjunto pertenecía al Convento de Santa Isabel de Toledo. Lo más probable, es que fuera el apellido o sobrenombre por el que se conocía al ocupante del caserío, ya que tanto éste, como las tierras de labor que conforman la finca, no eran explotadas directamente por el convento, sino que eran cedidas para su cultivo en régimen de arrendamiento. En cualquier caso, no conocemos, ni tenemos más noticias de nadie con ese apelativo.
Aparte de estas pinceladas, y de las pintorescas imágenes que tenéis más arriba, el caserío cuenta con una interesante y dilatada historia, que dejo para contaros en otro momento.
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