Otro ejemplo de portón y zaguán a través de los cuales se accedía al típico patio interior de las casas burguillanas. En este caso, de una vivienda localizada en la calle Ajofrin. Si la comparamos con la de la calle Caño, de la que hablamos anteriormente, encontramos ya las primeras similitudes que nos permiten hablar de una misma técnica constructiva, claramente definida: planta rectangular, con aposentos en su parte alta y baja; fachada paralela a la calle; y portón de acceso en la parte lateral de la misma, para facilitar el paso de carros y caballerías a su parte interior.
El vano se cierra mediante arco de medio punto, formado por dovelas de granito (piezas en forma de cuña), parcialmente restauradas en torno a la clave (pieza del centro que sirve de cierre al arco); descansado, a los lados, sobre dos jambas compuestas de dos piezas de piedra granítica cada una.
Aún tratándose de la misma tipología de puerta que la de la calle Caño, su mayor altura y el estado de la piedra, así como la homogeneidad de sus piezas, denotan una menor antigüedad, por lo que debe pertenecer a una época más reciente. También la fachada de la casa presenta diferencias en cuanto a los materiales empleados en cada una de ellas y, mientras una está construida en piedra, la otra lo fue en ladrillo. En ambas puertas se han retirado recubrimientos más modernos que las habían mantenido ocultas durante un largo periodo de tiempo. Aunque en este portón aparezca una construcción en su parte superior, se trata de un añadido más moderno, ya que en fotos antiguas hemos comprobado que dicha edificación no existía y pone en duda, igualmente, la existencia del zaguán, por lo que simplemente habría dado paso a los corrales de la casa.
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