La puerta de la iglesia parroquial se ha barnizado recientemente, recuperando lo que debía ser su aspecto primitivo, como podemos ver en algunas fotos antigüas. Después de muchos años con un aspecto más claro, fruto de un barnizado en tono más suave, al que ya nos habíamos acostumbrado desde hace tiempo, el contraste nos resulta un tanto llamativo; aunque, a buen seguro, este color guarda mayor fidelidad con el original y parece más apropiado para este tipo de edificios. Pensad, por otra parte, que el tiempo y el sol ya se encargarán de ir aclarándola. Ademàs, fijaros cómo se realza el resto de la portada, que también ha sido pulida para eliminar la suciedad de su capa más superficial. ¡Làstima que aún quede tanto por hacer, pero por algo se empieza!
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