Recibimos con agrado el programa de festejos de este año. Nada que ver con lo anterior. Ni aquellas ediciones de la época de Julián Turrero, ni los escuetos programas con los que nos "despachaba" el gobierno del Sr. Castro, más parecidos al prospecto de un medicamento que a otra cosa; incómodos de leer con tanto pliegue y repartidos "tarde, mal y nunca".
Parece que aún a pesar de no haber alcanzado los sesenta días de gobierno de la nueva corporación, las cosas vuelven a su normalidad (como nos prometía el nuevo primer edil) y así nos vuelve a llegar la única publicación que a lo largo del año solíamos recibir en nuestras casas y que todos esperábamos con impaciencia por ese mismo motivo. Algo que leer... algo que disfrutar... algo que hablara de lo verdaderamente nuestro.
Recuperación de la esencia de las fiestas, ¡eso es lo que transmite!: el baile de la bandera, el refresco de la corporación, el desfile de carrozas, el partido de solteros y casados, las competiciones deportivas... y el día de los niños, como no podía ser menos.
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