Hasta ahí, ¡todo bien!, porque es cierto que la amenaza de lluvias y una nueva DANA aconsejaron suspender algunos actos festivos y religiosos de las pasadas fiestas patronales en honor al Cristo de la Fe. Lo que no terminaba de encajarme, cuando hojeaba el periódico por primera vez, eran esas otras dos noticias que se insertaban en esa misma página, acompañadas a su vez de dos fotografías.
He de reconocer que muchas veces me limito a leer titulares, me fijo en las imágenes que ilustran el artículo (si es que las hay) y sólo leo la noticia completa cuando despierta en mí algún tipo de interés. Lo cierto es que aquello del merendero de madera me sorprendió e inmediatamente me dirigí a ver con detalle la fotografía, la cual tampoco terminó de convencerme.
Acto seguido, me dirigí al lado derecho de la página y traté de observar lo que mi cerebro de manera inconsciente había detectado como un posible error de imprenta. Lo que ocurre es que, aquí, el titular ya incorporaba datos que desentonaban todavía más. Y qué decir de la imagen, si nosotros no tenemos campo de fútbol ni pista de atletismo. Por eso decidí llevármelo a casa y leerlo detenidamente; y ahí se obró el milagro.
Por supuesto, por el camino me recriminaba no haberme enterado de si en el kiosko que se está construyendo en el Camino Real habían decidido construir un merendero de madera, lo cual era lógico, visto que allí no hay árboles ni sombras donde cobijarse; y eso además ha sido causa de crítica general.
También meditaba sobre si la noticia se refería al Memorial Chineta, que hace ya tiempo que se celebró, o al pasado Maratón de fútbol sala. Lo primero, porque habían confundido el nombre de nuestro paisano con el de un tal Francisco Chameca, que suena parecido, pero es que la competición es de ciclismo, no de fútbol-sala. Y lo segundo, porque el Maratón se celebró en el Pabellón Polideportivo cubierto y no en un campo de fútbol, que no tenemos; luego la foto no debía corresponder a la noticia.
El final del trayecto me abrió la mente, que no los ojos, y concluí lo que era de esperar. Que no había equívoco en la forma de tratar las noticias y en la información que se daba, salvo por el error de bulto (que siempre hemos criticado), a la hora de confundir nuestra localidad con la homónima de Burguillos "a secas", en la distante provincia andaluza de Sevilla. Así que, tiré de internet en cuanto me fue posible, y pude verificar que tanto el merendero, como el Parque de "La Madroña" o el campo de fútbol y el Memorial Chameca, son legítimamente suyos y no de Burguillos de Toledo.
¿Lo peor? que esto haya sucedido en un periódico de tirada local. Pero no es cuestión de entrar en detalles, así que, cada uno que piense lo que quiera, pero que tampoco lo pase por alto. Mientras tanto, nosotros nos pondremos en contacto con la redacción del periódico para "recordarles" la importancia que tiene para un pueblo el llamarse "Burguillos de Toledo" y no solamente "Burguillos".
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