martes, 13 de enero de 2015

Arroyo de la Rosa (Cabecera)


El arroyo Alimán, hoy más conocido como arroyo de la Rosa, nace en las vertientes meridionales de la sierra de Burguillos, a unos 730 metros de altitud; abriéndose paso entre ésta y la sierra de Layos, para discurrir -desde ese punto- por el poniente del término de la localidad y seguir, siempre en dirección sur-norte, hasta su desembocadura en el Tajo. El manantial principal se encuentra situado junto al caserío y ermita de Alimán, de ahí su nombre primigenio, formando una amplia zona encharcadiza, desde la cual comienza a fluir el arroyo, y donde también confluyen otras fuentes y escorrentías que provienen de ambas sierras.


Sin embargo, es en los prados de Alimán, donde el agua se filtra más rápidamente, dejando al descubierto un cauce, que aparece, seco y enhiesto, nada más comenzar la primavera. Aflora, unos metros más abajo, cuando se aproxima al paso entre sierras, y toca sus faldas -justo antes de cruzar el Puente de los Tres Ojos-; comenzando a dibujar un cauce más definido, por donde ya discurre el agua de una manera continua y a cielo abierto.



Como los grandes ríos, tiene su propio puente característico: el puente de los Tres Ojos, que recibe este nombre, por sus tres arcadas. Sobre él discurre la carretera Nacional 401, que conduce a Ciudad Real. Se encuentra entre Burguillos y Ajofrín, a la altura del punto kilométrico 86 de esta carretera.

  



Nada más sobrepasar el citado puente, el agua del arroyo vuelve a remansarse, en una zona donde probablemente se ubica un segundo manantial, utilizado ya desde época romana para incrementar el suministro de agua potable a la ciudad de Toledo. Aquí forma dos grandes charcas, dado el hundimiento del terreno y el ensanchamiento, de nuevo, del cauce. Un aliviadero permite al arroyo seguir aguas abajo, en dirección a Burguillos. Sin embargo, parece como si el cauce hubiera abandonado su dirección natural y se hubiera desviado de manera súbita, hacia la derecha; lo cual, podría obedecer, tanto a causas naturales, como artificiales.




La abundancia de agua y yacimientos de arcilla próximos, posibilitó que en este lugar se instalara un tejar, de cuya actividad aún pueden encontrarse restos en el entorno. Incluso aún puede apreciarse el hueco dejado en un cerro próximo por la extracción practicada en lo que entonces fuera la propia cantera.

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