El Cristo de Medinaceli, que también podríamos llamar Jesús Nazareno, Cautivo y Rescatado, es
una imagen de Jesús de Nazaret, a estatura natural, vestido con una túnica
morada, con las manos atadas y cruzadas delante y los pies descalzos. Representa el momento de su Pasión, cuando es presentado
ante el pueblo por Pilatos, después de haber sido flagelado y coronado de
espinas por los soldados romanos.
Una imagen como ésta fue llevada por los
frailes capuchinos a Marruecos, cuando fue tomada la ciudad de Mámora por
España, en 1614, para que recibiera culto por parte de los soldados. En 1681,
de nuevo cayó la ciudad en manos del sultán de Marruecos, y con ella la imagen, que sufrió, junto al
resto de las santas imágenes, de muchos ultrajes y escarnios. Como prueba de su
triunfo, la trasladó a la ciudad de Mequinez, donde fue arrastrada y tirada por
las calles para que la gente pudiera burlarse de ella. Hallándose en la ciudad
el religioso Trinitario Descalzo, Fr. Pedro de los Ángeles y siendo testigo de
estos hechos, se llegó hasta el Rey moro, ofreciéndose a rescatarla por dinero,
junto al resto de las imágenes. Con esta promesa el sultán le permitió que
cogiese las imágenes y las guardase. Posteriormente fueron llevadas a Tetuán, en
donde se les franqueó el paso hasta Ceuta y, desde aquí, hasta Gibraltar, desde
donde viajaron a Sevilla, y de Sevilla a Madrid, cuando corría la segunda quincena de agosto de 1682.
Esta imagen se la quedaron los
religiosos para su convento de Madrid, pero en 1686 los Duques de Medinaceli
cedieron un solar para que se construyese una capilla para dicha imagen de
Nuestro Padre Jesús Nazareno, a la que
siguió una posterior donación para su ampliación, por lo que desde entonces se empezó a conocer con el nombre de Medinaceli.
El elemento más característico de
la imagen es el escapulario trinitario que lleva en el pecho. Los Trinitarios
Descalzos realizaban una admirable labor de mediación en las Redenciones de
cautivos y, además, mantenían pequeños hospitales y hospicios para atender a
los numerosos cautivos que se hallaban en Marruecos. A los cautivos redimidos,
o rescatados, los Redentores Trinitarios les colocaban un escapulario con la
cruz trinitaria (roja y azul), como símbolo de que pertenecían ya al Dios
cristiano, al Dios Trinitario, y así lo llevaban sobre su pecho hasta la
procesión de cautivos de acción de gracias. También se colocó este escapulario
en la rescatada imagen de Jesús Nazareno, como prueba de que los trinitarios habían pagado por ella, el
mejor “salvoconducto” para dejar pasar la imagen a tierras cristianas, después
de haber sido rescatado de manos sarracenas.
La primera versión es la cruz patada, cuyos extremos presentan unos ensanches que semejan "patas", con la misma disposición vertical, roja, solapada a la horizontal azul. Por mucho tiempo, esta cruz fue el signo distintivo de los trinitarios calzados, por lo cual, a esta cruz también se le llama calzada. La segunda es de franjas sencillas, que consiste en una franja roja vertical, superpuesta a otra azul horizontal, ambas del mismo tamaño. Esta versión fue la que identificó a los descalzos y continúa siendo el signo de los trinitarios actuales.
No se conoce del por qué de esta devoción en nuestra parroquia, aunque no se remonta a muy antigüo, dado que en las fuentes de que disponemos, anteriores a la edad moderna, no se cita en ningún momento ninguna cofradía o devoción por esta imagen.
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