Una costumbre religiosa, apenas conocida entre muchos de nuestros vecinos, es la devoción popular por estas pequeñas capillas que albergan las imágenes de la Virgen del Carmen, de la Sagrada Familia y del Cristo de la Fe, que circulan, de casa en casa, entre muchos hogares del pueblo. Se trata de pequeñas hornacinas de madera, cerradas por tres de sus lados y con dos puertas en su parte delantera, que permiten abrir la misma y contemplar el interior que alberga las citadas imágenes, protegidas por un cristal. En la parte inferior de las capillas, se encuentra un cajón con una pequeña abertura para introducir los donativos y limosnas que son recogidas por una persona encargada de destinar los mismos a su fin, entregándolas en la iglesia o ingresándolas en la cuenta bancaria de las correspondientes hermandades del Carmen y del Cristo de la Fe, según corresponda. Un asa metálico en su parte superior, permite trasladarlas cómodamente de un lugar a otro.
Cada capilla tiene adscrita, por tanto, un determinado grupo de personas que desde antigüo la reciben y custodian en su domicilio, según un orden establecido, ya que cada vecina (pues es una tradición eminentemente femenina) la traslada a la casa siguiente, después de tenerla en la suya durante unos días, y así se va completando el recorrido, de manera ininterrumpida.
Virgen del Carmen
Sagrada Familia
Cristo de la Fe
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