sábado, 25 de agosto de 2018

El programa que no llega


Nunca antes un programa de "fiestas" había despertado tanto interés. Y es que el ansiado y tan deseado programa de las fiestas patronales de este año aún no ha llegado a nuestras casas. Sin embargo, todo el mundo lo conoce y sabe de su contenido.

¡Si es que está publicado en las redes sociales desde esta misma semana! Y tampoco ha sorprendido en su programación. O tal vez sí. Porque este año se han aprovechado los actos religiosos para rellenar el mismo y volver a hacer un desplegable tan dobladito como el de los tres años anteriores.

Desplegable y poco práctico, ¡qué contre! Que de largo tiene un rato, pero sólo en cuanto a tamaño. Sin embargo, entre tanto doblez y doblez uno no sabe por donde cogerlo y siempre te sobra por algún sitio. ¡Si no hay quién lo lea! No sabes si lo tienes por el derecho o por el revés. Si el saludo de las autoridades es lo primero o lo último. Ni si los anunciantes van delante o detrás. En fin. Uno de esos puzzles que uno se harta de darle vueltas y termina en la papelera para que no nos estorbe más.

Pero todo el mundo lo quiere. Y pregunta dónde está y porqué no llega a nuestras casas. Así que se ha convertido en el culebrón del verano. Porque últimamente parece que no hay verano hasta que no llega el preludio de las fiestas patronales, por mucho que los miembros del gobierno municipal insistan en programar "plenijunios" y "noches amables" (por cierto, otro modismo, que aquí no ha habido nunca sino noches toledanas, aunque con algún grado menos que en la capital).

Y cabe preguntarse por qué tanto interés en algo tan simple. Fijaros en los programas de los pueblos de alrededor (Cobisa, Argés, Ajofrín, Nambroca...), en su cuidada edición y contenido, más que en los actos programados. Y en todos ellos se da pié a que las asociaciones del pueblo saluden a los vecinos, además del alcalde y de la corporación municipal o el propio párroco. Se habla de los eventos o actividades que han tenido lugar a lo largo del año; alguna que otra pincelada histórica, alguna foto retrospectiva o imágenes de los finalistas en el concurso de carteles de las fiestas. Así que gusta conservarlo para revisarlo y releerlo a lo largo del año. En el nuestro nada de eso desde hace 4 años. Además de incómodo, falto de contenido y oportunidad perdida para comunicarse con el pueblo. ¡Lástima!

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