domingo, 26 de agosto de 2018

El programa que no llega

Bueno, pues ésta es la carta de presentación del famoso programa, poniendo de relieve que 2018 llega por fin a sus fiestas en Burguillos. ¿cuáles? ¿en honor a quién? ¿no hay más fiestas a lo largo del año? ¿de qué Burguillos hablan?... Porque todos conocemos muchas fiestas y varios pueblos que comparten el nombre de Burguillos. Pero no hace falta, todos sabemos de qué fiestas se trata y de qué pueblo, pero cuesta mucho que nuestra corporación lo ponga correctamente. Debe provocarles urticaria, y más sabiendo que han tenido que aceptar la inclusión de los actos religiosos para rellenar la programación que se les había quedado corta. Y eso a pesar de contar con un presupuesto de cien mil euros que no sabemos cómo habrán quedado repartidos. A juzgar por la calidad de las actividades que han incluido en el mismo parece una cifra demasiado elevada.

Está muy bien que se programen otros actos culturales a lo largo del verano, pero que no se concentren la mayoría de ellos en una semana cultural previa a las fiestas patronales, tampoco parece muy acertado. Todos los pueblos de alrededor lo hacen, y no por ello no se pueden hacer otras cosas durante otros fines de semana. Amable no sé, pero de tranquilidad (apatía díría yo) si es el ambiente que se respira antes de las fiestas. De hecho, si aún no se ha repartido el programa, tampoco contamos con el escenario en la plaza (otra de las controversias de los últimos años) ni las tradicionales banderitas que engalanan ya las calles en otras localidades como Ajofrin y Sonseca, prestos también a celebrar sus festividades. Como si aquí todo se quisiera hacer al revés.

Música ha habido mucha de distintos países a lo largo del verano, pero ¿cuál ha sido la asistencia de público? ¿cuántos jóvenes se han congregado en la plaza en cada una de esas actuaciones? ¿y mayores? No hace falta reflexionar mucho para darse cuenta de la desacertada variedad musical que han traído, pero claro hay que pensar que a lo mejor les gusta a los 1.200 habitantes a los que se dirige el señor alcalde, aunque ir, la verdad, tampoco han ido. ¿La vuelta a la plaza del pueblo? pero... ¿realmente cuándo ha dejado de ser el centro de las actividades?

En cuanto a la educación y el respecto deben darse por hechos, no así la unión del pueblo, algo que siempre logran las fiestas a lo largo y ancho de la geografía nacional, pero para eso hay que hacer un programa que llegue a todo el mundo, mayores y pequeños, jóvenes y menos jóvenes, vecinos y forasteros... porque las fiestas son para compartir y participar. En las últimas fiestas se ha suprimido el desfile de carrozas, el día de los niños, las actuaciones infantiles, el día de los juegos con el que culminaban las fiestas y se ha alterado el orden de la fiesta local. Las verbenas brillan por su ausencia este año (con lo cual se suprime una cosa más), no hay programación para nuestros mayores y la paella es de pago, por muy altruísta que sea su fin. ¿A quién se ha pedido colaboración para confeccionar el programa? ¿qué asociaciones locales han participado en él? ¿Esto es una programación para disfrute de todas las edades? ¿para que el pueblo demuestre su civismo y su compromiso? Si antes de celebrarse las fiestas ya tenemos tantos interrogantes y alguna pequeña polémica, a fe que así lo van a tener difícil.

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