Como la sociedad actual lo considera valioso, ha aprobado normas que intentan protegerlo, estableciendo, en el caso de que pudiera verse afectado por la actividad constructiva o urbanizadora, soluciones que permitan compatibilizar el desarrollo de la vida moderna y la preservación, en función de su importancia o valor.
La valoración del patrimonio es una cuestión social. Es decir, es preciso que sea previamente declarado o inventariado (salvo el arqueológico, ya que todo él está protegido sea cual sea su condición o ubicación), que la sociedad decida protegerlo.
Existen diferentes niveles legales de protección según la Ley de Patrimonio Histórico Español. El máximo es declararlo Bien de Interés Cultural, en alguna de sus categorías: Monumentos, Jardines Históricos, Conjuntos Históricos, Sitios Históricos y Zonas Arqueológicas.
Isabelo Sánchez Gómez, 14/02/2021 (toledodiario.es),
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