Recibe este nombre un paraje que, realmente, no se encuentra dentro del término municipal de Burguillos de Toledo, pero que guarda cierta relación con nuestro pueblo, por diversas circunstancias; siendo, hoy, enclave de referencia en la Ruta del Quijote y del Camino de Santiago del Sureste. Se le conoce, también, con los sobrenombres de El descansadero y Pozo de San Cristóbal.
Del segundo, no tenemos referencia clara, pero el primero hace alusión a la función de este lugar dentro de la vía pecuaria de la que forma parte. Aunque en este punto confluyen, y se cortan, el denominado Camino Real de Sevilla y el camino que une Chueca con Almonacid, no es sino un ensanchamiento del primero de ellos, un camino ganadero del intrincado entramado de vías pecuarias que cruzan España, y que recibe el nombre de Vereda de Sevilla. Confunde el hecho de que este mismo camino sea utilizado como camino carretero y vereda de ganados, pero la realidad nos dice, también, que en este lugar hubo una venta.
Se sitúa, este punto geográfico, al sureste de la sierra de Nambroca, entre el paso de ésta y la Sierra de la Oliva. Se conserva el pozo, aunque no el abrevadero original en el que bebían los ganados que hacían la trashumancia por este camino. Asimismo, al lado del mismo, encontramos un pequeña elevación del terreno, con el contorno excavado de trincheras durante la guerra civil, las cuales, poco a poco, se van colmatando de piedras y escombros, hasta ir perdiendo su fisonomía original. Sin duda, era un lugar idóneo para la vigilancia y defensa de este paso entre sierras, dado que desde el mismo se domina todo el entorno.
Del segundo, no tenemos referencia clara, pero el primero hace alusión a la función de este lugar dentro de la vía pecuaria de la que forma parte. Aunque en este punto confluyen, y se cortan, el denominado Camino Real de Sevilla y el camino que une Chueca con Almonacid, no es sino un ensanchamiento del primero de ellos, un camino ganadero del intrincado entramado de vías pecuarias que cruzan España, y que recibe el nombre de Vereda de Sevilla. Confunde el hecho de que este mismo camino sea utilizado como camino carretero y vereda de ganados, pero la realidad nos dice, también, que en este lugar hubo una venta.
Se sitúa, este punto geográfico, al sureste de la sierra de Nambroca, entre el paso de ésta y la Sierra de la Oliva. Se conserva el pozo, aunque no el abrevadero original en el que bebían los ganados que hacían la trashumancia por este camino. Asimismo, al lado del mismo, encontramos un pequeña elevación del terreno, con el contorno excavado de trincheras durante la guerra civil, las cuales, poco a poco, se van colmatando de piedras y escombros, hasta ir perdiendo su fisonomía original. Sin duda, era un lugar idóneo para la vigilancia y defensa de este paso entre sierras, dado que desde el mismo se domina todo el entorno.
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