Poco sabemos a cerca de la antigüedad o de la calidad artística de las imágenes que desaparecieron, en nuestra parroquia, durante la guerra civil española. Tallas que fueron repuestas después de la misma, gracias a la generosidad de los fieles de Burguillos que, poco a poco, fueron donando las nuevas que hoy conocemos. La mayor parte de ellas podemos admirarlas en las diversas procesiones de Semana Santa, representando la pasión de Cristo.
El Jueves Santo podemos ver las tallas del Cristo Nazareno, la de Jesús de Medinaceli y la de la Virgen de la Soledad o Dolorosa, todas portadas en andas. Como manda la tradición, son las mujeres las que se encargan de llevar esta última durante todo el recorrido.
La noche del Viernes Santo es el turno para el Cristo de la Fe y para Ntra. Sra. la Virgen del Rosario, de luto riguroso por la muerte de su hijo y con los atributos de la dolorosa. En este caso, es portada en una pequeña carroza.
Finalmente, es el Cristo Resucitado, el que junto a la imagen de la Virgen del Rosario (esta vez con un manto azul celeste), hacen acto de presencia en la última procesión, conocida con el nombre de procesión del Encuentro.
El Jueves Santo podemos ver las tallas del Cristo Nazareno, la de Jesús de Medinaceli y la de la Virgen de la Soledad o Dolorosa, todas portadas en andas. Como manda la tradición, son las mujeres las que se encargan de llevar esta última durante todo el recorrido.
La noche del Viernes Santo es el turno para el Cristo de la Fe y para Ntra. Sra. la Virgen del Rosario, de luto riguroso por la muerte de su hijo y con los atributos de la dolorosa. En este caso, es portada en una pequeña carroza.
Finalmente, es el Cristo Resucitado, el que junto a la imagen de la Virgen del Rosario (esta vez con un manto azul celeste), hacen acto de presencia en la última procesión, conocida con el nombre de procesión del Encuentro.
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