Terminó la temporada de romerías con la que más nos gusta: la romería de la Virgen de la Guía. Aunque esta vez el tiempo no acompañó, como en otros años anteriores, y a punto estuvo de no celebrarse la procesión con la imagen de la Virgen por los cerros de la ermita. A última hora de lo previsto, los miembros de la hermandad decidieron preparar las andas y sacar a su Virgen, aún a riesgo de la lluvia con la que amenazaba el manto de nubes que cubría los cielos de este recóndito paraje toledano. Y así sucedió, teniendo que regresar en dos ocasiones al pórtico de la entrada para guarecerse.
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