Las vías pecuarias son caminos de trashumancia para el ganado que unen los lugares tradicionales de pastoreo de España. Al mismo tiempo conforman rutas llanas y rectas, fáciles de transitar.
El tránsito ganadero puede ser local; trastermitante,
si los ganados traspasan los términos municipales para pasar a utilizar dehesas
de pueblos vecinos; y trashumante, el de los grandes
desplazamientos semianuales, cuando los ganados del norte se desplazan en
invierno hacia los pastos de lugares más cálidos.
Las vías pecuarias se dividen en cañadas, cordeles,
veredas, descansaderos y contaderos, formando un intrincado sistema. Las primeras se diferencian por su anchura,
siendo la de las veredas no superior a los 20 metros. Los márgenes que limitan
las vías son legalmente establecidos por deslinde y señalados en el terreno
mediante hitos o mojones.
En cuanto a los descansaderos, son ensanchamientos de
la vía pecuaria en donde los rebaños podían descansar o pasar la noche. Al
mismo tiempo, había abrevaderos, que generalmente contaban con pozo y pilones
para dar de beber al ganado.
Su régimen jurídico está regulado por la Ley 3/95 de
vías pecuarias y las define como bienes de dominio público, cuya titularidad
ejercen las Comunidades Autónomas.
(continuará...)
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