Esta instantánea tomada por Antonio Sacristán, en el año 2008, intentando reproducir el mismo ángulo y perspectiva de la foto de comienzos del siglo XX que, como indicábamos, pertenece a su familia, nos muestra el estado actual de la iglesia, con pocos cambios en el edificio, aunque alguno más en el entorno.
La fachada aparece ahora más uniforme y remozada, tras taparse los mechinales o huecos que se apreciaban en las anteriores fotografías, con motivo del último arreglo del tejado. Aunque su fin era evitar el anidamiento de las palomas, que tanto daño han causado en la iglesia en épocas pasadas, el método utilizado no ha sido muy acertado, destacando excesivamente el color blanco, sobre el anaranjado del ladrillo.
La fachada aparece ahora más uniforme y remozada, tras taparse los mechinales o huecos que se apreciaban en las anteriores fotografías, con motivo del último arreglo del tejado. Aunque su fin era evitar el anidamiento de las palomas, que tanto daño han causado en la iglesia en épocas pasadas, el método utilizado no ha sido muy acertado, destacando excesivamente el color blanco, sobre el anaranjado del ladrillo.
Como puede apreciarse, la hornacina superior de la portada está ocupada por una nueva imagen de Santa María Magdalena, de piedra blanca, aunque claramente se observa que nada tiene que ver con las trazas de la original, de estilo renacentista.
Vemos, por otra parte, una nueva campana que ocupa el hueco dejado por la anterior y como los árboles han sido sustituidos por cipreses, tras la reforma y re-decoración del mobiliario urbano que sufrió la plaza de la Constitución tras su reciente ampliación (finales de 2004 y comienzos del 2005).
Más evidente aún es el asfaltado de la calle, el paso de cebra que atraviesa la misma y el espacio y protagonismo que ahora toman los vehículos delante de la iglesia, convertida en zona de aparcamiento, además del ya de por sí trasiego de vehículos que circulan a diario por esta travesía que conduce a Cobisa. De ahí que la señal de ceda el paso siga ocupando el mismo antiestético sitio que en la foto anterior; incluso con unas dimensiones mayores, conforme a la moderna tipología de las señales de tráfico.
Vemos, por otra parte, una nueva campana que ocupa el hueco dejado por la anterior y como los árboles han sido sustituidos por cipreses, tras la reforma y re-decoración del mobiliario urbano que sufrió la plaza de la Constitución tras su reciente ampliación (finales de 2004 y comienzos del 2005).
Más evidente aún es el asfaltado de la calle, el paso de cebra que atraviesa la misma y el espacio y protagonismo que ahora toman los vehículos delante de la iglesia, convertida en zona de aparcamiento, además del ya de por sí trasiego de vehículos que circulan a diario por esta travesía que conduce a Cobisa. De ahí que la señal de ceda el paso siga ocupando el mismo antiestético sitio que en la foto anterior; incluso con unas dimensiones mayores, conforme a la moderna tipología de las señales de tráfico.
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